Existe una gran diferencia entre ser mandón y ser asertivo, pero estos conceptos son difíciles de separar, especialmente con los pequeños que están formando su propia personalidad. Ves a tu niño pequeño gritarle a su compañero de juego porque le quitó el juguete con el que estaba jugando e inmediatamente te estremeces. La realidad es que tu niño está aprendiendo a ser asertivo y a defender lo que cree que es correcto.
¡Eso es una gran hazaña para un pequeño! De los 12 a los 36 meses de edad, la manera en que tu niño juega, comparte y socializa cambiará mucho. Durante la primera parte de la infancia, será menos probable que quiera compartir con otros y más probable que haga un berrinche si no se sale con la suya. Hacia los 20 meses, empezará a entender más los conceptos de “ser” y “necesitar/querer”, momento en el cual podrías empezar a ver más su lado mandón salir a flote.
Mandón vs. Asertivo
Ser mandón es que tu niño pequeño se ponga bravo con un compañero de juego por no jugar con el set de cocina “de inmediato”. Ser asertivo es que tu pequeño diga, “No quiero jugar a eso” o que se aleje para jugar con otra cosa después de que su amigo lo sigue molestando para que siga jugando. ¿Ves la diferencia?
Ser mandón es una manera de tratar de hacer que las cosas sean como uno quiere. La asertividad es defenderse a uno mismo, defender sus necesidades y sus deseos. Ser mandón es común en la infancia, momento en el cual los niños aún están descifrando cómo ser sociables y cómo jugar pacíficamente. Si ser mandón se convierte en un patrón, sin apoyo o algún tipo de intervención por parte de los padres y cuidadores podría conllevar a comportamientos intimidantes en el futuro.
Enseñar sobre la asertividad positiva
La asertividad positiva permite a tu niño pequeño expresar sus sentimientos, necesidades y deseos de manera productiva, lo cual es clave para formar relaciones. Estos son algunos consejos para apoyar la asertividad positiva:
Ten conciencia de tu tono
Los niños pequeños imitan lo que ven, así que es de suma importancia que los padres y cuidadores modelen el tipo de comportamiento que quieren que los pequeños tengan. En este caso, usar un lenguaje positivo puede lograr mucho.
Intenta decir “sí” en vez de “no” con más frecuencia. Por ejemplo, si tu niño te pide un bocadillo antes de la comida, podrías decir, “Sí, pero cuando termines de comer la cena.” No encontrará una respuesta negativa inmediata y en vez, sentirá que sus necesidades y deseos son válidos.
También, usar modales e indicaciones positivas, como “Por favor intenta ir al baño antes de acostarte”, en vez de, “¡Ve al baño o no te leo un cuento! Logrará mucho en términos de enseñarle a tu pequeño comunicación positiva.
No seas indiferente frente al comportamiento mandón
Si bien, es esencial modelar una comunicación positiva frente a tu niño pequeño, es de igual importancia el no ceder ante él. Si tiene una rabieta o exige algo sin modales, ignora sus súplicas. Ceder a su comportamiento solo le indicará que ser mandón, eventualmente, le servirá para su beneficio.
Supervisa sus juegos
Involucrarse en los juegos de tu niño tiene dos beneficios principales:
- Puedes monitorear sus juegos e intervenir si empieza a ponerse mandón, y
- Puedes apoyar su aprendizaje al intervenir y hacer juegos de rol de algunas situaciones.
Mientras juega con sus amigos, simplemente quédate cerca y observa. Si empieza a tratar de tomar el control de la situación, puedes intervenir y ofrecer jugar también. Al hacerlo, muéstrale a tu niño lo divertido que puede ser compartir con otros y jugar lo que ellos quieren jugar. Usa la asertividad positiva (como un “No, gracias” educado, si un niño toma el juguete de otro niño) para modelar cómo manejar una situación.
No hay una solución mágica para transformar el comportamiento de un niño pequeño de mandón a asertivo. Tomará tiempo y mucho apoyo, especialmente durante su segundo año, cuando está aprendiendo más sobre sí mismo, sobre obtener lo que necesita y quiere y cómo interactuar con los otros. Con un apoyo y guía habitual, puedes ayudar a tu niño a convertirse en un comunicador seguro y positivo. La sección socio-emocional del programa de desarrollo BabySparks tiene varias actividades para niños pequeños que promueven la empatía y la socialización positiva.